El rocódromo Félix Rubio se ha levantado en uno de los cuatro frontones de los que dispone el CDM Félix Rubio. La instalación presenta condiciones de exterior, pero con una cubierta para proteger la actividad de la lluvia y del sol directo. De este modo, permite aumentar el horario de uso y hacerlo con independencia de las condiciones meteorológicas. Asimismo, su diseño incluye un cerramiento de vidrio, que deja que la luz natural pase al interior, además de hacer posible que la instalación se vea desde el exterior sin interferir en la práctica deportiva.
El equipamiento deportivo del distrito se ha concebido tanto para la práctica de búlder, como de escalada. En la primera modalidad, la pared alcanza una altura de 3,30 metros y un desarrollo horizontal de casi 35 metros, contando con una colchoneta de protección en el suelo. En el caso de la escalada, la altura total de la pared alcanza 5,60 metros, dando lugar a 170 m2 de superficie escalable con 23 puntos de reunión.